sábado, 26 de septiembre de 2015

Mujer


Para muchos son demonios disfrazados
Para otros, el mejor de los augurios.
Para mí, era ella.
La veía correr desnuda entre los matojos del rió
Bañándose en aguas vírgenes y cristalinas.
El verde de las hojas hacia juego con sus ojos
Y en su rostro corría un mar de pecas.
Tarareaba una canción mientras el sol
Le moldeaba su perfecta figura.
Su corta melena le caí con revuelo en la espalda
Aquella mulata lo tenía todo.
Al mirarla, allí sentada entre todo el paisaje
Pude entender que veía el reflejo de la madre.
Madre naturaleza en su forma preferida
En forma de diosa, ninfa;

De mujer.





viernes, 25 de septiembre de 2015

Un pintor y una poeta.

Esta es la inexplicable historia
De un pintor y una poeta
Que aprendían a ser uno
Cada vez que la luna tocaba el mar.
                                        
Ella veía la magia del mundo.
Con su innato talento de crear,
Le enseño que para amar
Debía ver más allá de sus ojos.

Él veía un mundo estructurado.
Con manos de artista,
Le mostró que para cada caricia
Debía existir un orden.

Ella escuchaba risas en las olas
Llantos en el viento, y en las noches
Se sentaba con luz de luna
A escribirle versos morados.

El escuchaba tambores a lo lejos
Murmullo en el silencio, y en las noches
Le pintaba con luz de luna
Los mundos que había visto.

Ella vivía por la tierra y el mar.
Era una ninfa.
Él vivía en aire y ciudad.
Era el protagonista de su vida.
Ella lo amaba.
Amaba su inteligencia y
La fuerza con la se movía.
Ella le pidió que se quedara.

Él la amaba.
Amaba su sonrisa y su libertad,
Su mente descarrilada.
Él le dijo que se quedaría de por vida.

Esta es la inexplicable historia
De un pintor y una poeta
Que aprendían a ser uno
Cada vez que la luna tocaba el mar.



domingo, 20 de septiembre de 2015

La vida.

El viento me pinta de azul
El mar de verde.
La tierra me sabe a sal
Y la vida
A ti.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Jueves.

Sentía su intensa mirada en mi piel, como si pudiera desnudarme desde el otro lado de la habitación. El descansaba en el sofá con unos pantalones negros y el cabello alborotado. Sin cambiar la mirada me hacía gestos con su mano para que caminara por la habitación. Me pedía que me sentara, abriera las piernas, las cerrara, que me volteara. Sin refunfuñar o cuestionarle hacia todo lo que me pedía de forma coqueta; me pavoneaba luciendo el traje negro entallado que misteriosamente me había comprado hace algunas semanas. Sospecho que ya tenía algo de esto planificado. Camine hacia el sofá y antes de poder sentarme. .
-No quiero que te sientes junto a mí, quisiera que te sentaras donde pueda verte sin hacer esfuerzo. Dijo mientras me sonreía.
-¿Dónde específicamente quisieras que me sentara? Le dije provocativamente
Sin contestarme tiro suavemente de mi cabeza besándome despacio el cuello. Sentía como sus manos descendían por mi muslo, aquello era delicioso. Su nariz recorría mi cuello de arriba hacia abajo dejándome sentir su respiración. Comenzaba a excitarme pequeños gemidos se me escapaban, quería que me tomara y me quitara el vestido. Pero en su lugar solo acerco su boca a mi oído y susurro
-Quiero que te sientes en el borde de la cama y esperes mis instrucciones.
Idiotizada por su aroma, la excitación y el deseo camine hasta la cama y me senté en el borde. Él se incorporó en el sofá y me comenzó a darme instrucciones.
-Quiero que suavemente deslices tus manos por todo tu cuerpo. Desde tu cabello hasta los muslos, siente la delicadeza con la cual puedes tocarte. Te daré unos minutos para que crees una escena en tu cabeza en donde yo te toco tan –arquea una ceja divertido, luego suela una risa- bueno, como solo yo se hacerlo.
Cerré los ojos, su voz hizo efecto en mí y tal cual como lo pidió cree el panorama. Quería que me quitara el vestido suave, admirando cada partícula de mi cuerpo. Que besara mis pechos y humedeciera mis pezones con su lengua. Deseaba sentir su miembro completamente duro acariciarlo y escuchar unos leves gemidos. Quería susurrarle que lo quería dentro de mí, quería sentir todo el placer que podía ofrecerme.
Algo interrumpió mi pensamiento sentía que alguien estaba detrás de mí, abrí mis ojos intentando ver algo pero solo pude sentir como sus brazos comenzaban a tocarme los senos.
-No tienes idea de lo delicioso que ha sido verte en ese estado, gimiendo sin darte cuenta, imaginándote escenas donde puedo tocarte y hacerte millones de cosas, provocarte orgasmos.
-Tómame, dejemos de hablar.
Se quitó sus pantalones quedando completamente desnudo, yo me aleje unos pasos atrás para mirarlo. Él sonreía sabía que lo que estaba viendo me gustaba, se aproximó y bajo mi cremallera. Dejo mis senos al descubierto y comenzó a trazar círculos en ellos. Mientras lo hacía yo me desprendía por fin del traje, aquello se sentía delicioso pero quería más que sus manos. Lo quería dentro de mí. Me subió a sus caderas y sin cuidado nos abalanzamos en la cama formando una danza entre dos cuerpos, entre dos almas. Era un compás de caderas que aumentaba su ritmo, la habitación se llenaba de gemidos y respiraciones intensas. Todo parecía ir desapareciendo, sentía como mis músculos se relajaban y el ruido del exterior parecía desaparecer.
Había sido suya una vez más, siempre era una delicia ser suya. Abrí mis ojos lentamente aun aturdida, él estaba tumbado en su almohada y yo intente torpemente acomodarme. Quise mirarlo durante unos segundos parecía un ángel, mi ángel. Me invadieron las ganas de abrazarlo fuerte y decirle que lo amaba más de lo que una persona podría amar a alguien pero parecía dormir así que me limite solo a admirarlo. Me quede observándolo durante algunos minutos cuando su voz casi me mata del susto.
-¿Cómo te has sentido hace más o menos media hora atrás?
-Me he sentido bien, lo he disfrutado como siempre ¿acaso tu no? ¿Sucede algo malo?
Silencio. No sabía que ocurría hace un rato todo parecía estar bien me sentía deseada y amada por el pero ahora…su voz me interrumpe el pensamiento
-No hablo de eso, ¿Cómo te has sentido tu misma al hacer estas cosas?
Pongo los ojos en blanco doy un largo suspiro ¿Por qué esto? ¿Por qué ahora?
-Me he sentido deseada, amada, sensual. Quizás como una diosa adorada por humanos.
 -Entonces si te has sentido como una diosa en ese momento ¿Por qué no puedes sentirte como una diosa el resto de las horas, del día o del año?
-¿Por qué me preguntas estas cosas?
-Porque se me dificulta entender como alguien tan hermosa, inteligente y sensual no puede ver siquiera una pisca de como yo te veo. Quisiera que te amas al menos un tercio de lo que yo te amo.
Aquello que me pedía era difícil. Sabía que jamás había logrado amarme como se supone que se ame a uno mismo, pero ¿Por qué cuestionarlo ahora?
-¿Por qué me dices eso ahora, luego de…?
-Porque has estado maravillosa, como siempre. Siempre estas maravillosa pero solo pareces notarlo cuando yo estoy involucrado. Si te elogio o reconozco que haces las cosas bien, si digo que estas hermosa lo crees. Pero si me mantengo fuera del panorama tu mundo parece volverse gris.
Intentaba calmarme, no quería echarme a llorar para que me consolara. Sabía que tenía razón, sabía que si el reconocía cualquier cosa en mi vida todo estaba bien. No supe que contestarle solo pude voltearme al lado contrario y arroparme para que mis sollozos no los escuchara. Pasaron varios minutos, diez veinte quizás media hora. Extiende su brazo por mi cuerpo y pega mi cuerpo al suyo. Esta caliente, siempre está caliente.
-Te ves hermosa hasta llorando.
-Si ni siquiera me has visto, ¿Cómo sabes que me veo hermosa?
Se acerca a mi rostro y lo besa dejando ahí su cabeza.
-No necesito verte para saber que te ves hermosa, siempre lo haces.
Comenzó a acariciar mis mejillas, yo aún le daba la espalda; no sabía si en cualquier momento me podía poner a llorar. Limpie mis lagrimas, intente reprimir las ganas que quedaban y le dije
-Quizás pienses que tiene algo de malo permitir que mi mundo se vuelva gris cuando estas fuera del panorama, pero, se te olvida que tengo la habilidad de crear cosas incluso de donde nos las hay. Puedo tomar mi mundo y volver de color aunque no estés pero eso no significa que me guste vivir en un mundo colorido donde no estés tú. Puedo amarme, quizás más de lo que antes podía hacer y todo es gracias a ti. ¿Cómo voy a sacarte del panorama? Me has ensenado a ser y a deshacer, te debo mucho más que ponerte en un panorama.
Él estaba junto a mi podía escucharlo pensar y analizar todo lo que le dije. Me he vuelto hacia él y al verlo nuevamente las ganas de llorar me invadieron. Me abrazo cubriéndome con sus brazos, como si estuviera aliviado de las palabras que habían salido de mi boca.
-No te vayas nunca, por favor.
-Jamás me iré si tú prometes no hacerlo. Dije con la poca voz que tenía.
-Me quedaré contigo a amarte lo que me reste de vida

-Me quedaré para que me enseñes a reír con tus ojos, yo en cambio prometo enseñarte a respirar con mi alma.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Esencia.


Como el viento sopla las hojas
Como los peces sueñan el mar.
Así me compongo yo.
Me muevo con la lluvia de risas
Me muevo con la brisa que canta.
Así me desplazo yo.
Hecha del tambor de mis tierras
Hecha de la bomba y la plena
Así me formo yo.
Vivo por la poesía en prosa
Vivo por tu mirada embriagadora
Así vivo yo.
Curveada y pequeña
Blanca como la arena.
Así era yo.
Décadas han pasado
Amores, vino y mil pecados.
Aún sigo siendo yo


miércoles, 2 de septiembre de 2015

Casa de Playa (Parte Dos)

Había sucedido lo usual, aquel beso termino envuelto entre las sabanas verdes que vestía mi cama. 4:56 am y permanecíamos allí  charlando sobre cosas que no tenían importancia, el lucia maravilloso con el cabello revuelto. Como si leyese mis pensamientos me dijo
-Si me continúas mirando así jamás saldremos de esta cama. A lo que le respondí con un guiño y ambos soltamos una risa. Sus dedos jugaban con mi enredado cabello un ruidoso silencio invadió la habitación, solo se escuchaba el sonido de las olas y el viento que las acompañaba. Casi consigo entrar en un profundo sueño cuando lo oí hablar nuevamente
-No duermas, quiero que me acompañes afuera
-¿Afuera? Mi amor, son las 5 de la mañana.
-Eso jamás nos ha detenido, además, quiero pasear y charlar. La luz del amanecer siempre enmarca tu rostro como una obra de arte.

Sabía que sin importar que estuviera cansada, que fueran las 5:10 de la madrugada o que afuera hiciera mucho frió me levantaría a complacer su pequeño capricho. Después de aquellas palabras ¿Cómo decirle no? Me puse mis bragas, un pantalón de pijama y un suéter para cuando logre controlar lo que parecía un matojo él ya se había ido. Baje y sin ponerme los zapatos salí a saborear el exquisito aroma a sal. La arena se me metía entre mis dedos, la brisa destruía los intentos que mantener junto mi cabello; las olas eran revoltosas y en la playa no había una sola alma todo estaba silencioso. Mire por todos lados y no lo veía así que decidí dar un paseo sola. Camine durante mucho tiempo, miraba el reloj que tenía en la muñeca y marcaban las 5:20. ¡Aquello era imposible! Llevaba caminando al menos 25 minutos ¿Cómo es posible que solo hayan pasado diez minutos desde que salí de la casa? Decidí sentarme en la orilla lo cerca para que el agua mojara mis pies, observe lo que me rodeaba con más detenimiento. Cerré los ojos y deje que el sonido de las olas me consumiera, sentía gotitas en mi rostro, frías cuando soplaba el viento. Sentía como todo me iba subiendo aquella caja donde había metido todos mis problemas ahora se abría y no precisamente con suavidad. Lo hacía a toda prisa, todo era muy confuso y solo conseguí ponerme a llorar. Intentaba detenerme sentía que él podía llegar en cualquier momento y encontrarme así, le había prometido que estos episodios ya habían terminado. Una horrible sensación de que me miraban hizo que saltara de un golpe y a mi lado había una figura, una mujer. Tenía su cabello largo y ondulado, sus ojos eran tristes y verdes; parecía algo confusa pero antes de yo decir algo ella hablo

-No deberías esconderte, quizás el piense que todo está bien pero se dará cuenta que algo anda mal.
No sabía quién era la mujer que tenía en frente, no sabía porque motivos estaba allí junto a mi o porque intentaba descifrar que era lo que me sucedía. Pasó por mi cabeza levantarme e irme, al fin y al cabo no tenía por qué darle explicaciones a una completa extraña, pero en su lugar dije
-No, no se dará cuenta. Estas cosas él no las nota.. No las que notar. Son tonterías.
-Sabes que eso es una mentira que has conseguido creerte durante todo este tiempo, él lo nota todo. Hasta lo más pequeño. Consigue hacer que poco a poco se lo digas de maneras inexplicables, siempre lo ha conseguido. Excepto esta vez. ¿Qué ha cambiado?
-¿A qué se refiere?
-Has pasado días, quizás meses guardándolo todo. Sales, tomas una que otra cerveza o quizás más de la cuenta, ya no escribes. ¿Por qué él no ha intervenido? ¿Qué es diferente esta vez de aquella en la cual casi te consume tu baja autoestima?
Recordaba aquella vez. Sentía que mi mundo se venía abajo por mis kilos de más, quería que él tuviera una pareja perfecta. Aquella que le gustara lo que a él pero que también pudiera presumir o de la cual sentirse orgullosa. Quería que sintiera eso que siento cada vez que le contaba a alguien sobre él y lo talentoso y hermoso que era. Aquel día fue horrible pero del abismo ruidoso me saco el, diciéndome que no necesitaba una persona que fuera su gemela o que fuera una modelo. Me quería a mí. Quizás en aquella ocasión me pareció suficiente esa respuesta pero ahora, cuando todos sus miedos estaban apoderándose mí necesitaba algo más, algo que me convenciera realmente.

-No lo sé…. No puedo esperar que él me diga el porque me ama o que me elige a mi cada vez que mi caja de problemas decide atormentarme. No puede, no puedo. No quiero perderlo y si continuo ahogándolo con mis miedos se terminara yendo de mi lado y no poder vivir con eso. Terminare odiándome el resto de mis días por alejar a la única persona que ha estado aquí, sacándome de mis embrollos emocionales. La única persona que me conoce tan bien como para hacer que me ame aunque sea un poco cada día. No puede verme así…

Nuevamente me encontraba llorando, lloraba con todas mis fuerzas. Lloraba porque no sabía que me sucedía, porque tenía un hombre que me amaba y aun así dejaba que mis miedos me dominaran, lloraba porque no conseguía como parar esto. Sabía que si no encontraba la manera de lidiar con esa parte de mi acabaría sola. La mujer acaricio mi cabello en forma de consolación, espero a que yo tomara un poco de aire y con una voz delicada y suave dijo

-Quizás buscas que te diga que él lo tendrá todo contigo o que quizás eres exactamente lo que el merece, que debes estar segura de ti y que cuando te levantes de aquí serás una mujer nueva. Pues no, no será así, o al menos no así de fácil. Deja que te diga una cosa, aquella vez que se fue y tuvo la oportunidad de irse con alguna mujer hermosa o modelo como bien dices ¿lo hizo? –hice un movimiento de cabeza indicando que no- ¡Al contrario! Volvió, volvió porque en ti vio el mundo que solo él puede ver. Volvió porque te ama. No necesitas más explicaciones o razones, yo sé que te ama porque hace dos años nos amaba igual. Todo en esta vida será difícil si así lo deseas.

El mundo parecía dar vueltas, deje de escuchar el mar, las aves, deje de sentir la arena bajo mis pies. Ya no estaba en la playa, si no en mi casa. Baje las escaleras aturdida y al llegar a la sala pare en seco. Estaba el en la sala acercándosele al oído de una mujer. Tuve que hacer mil milagros para conseguir escuchar lo que él le decía.
-Fuiste mi brújula cuando me encontraba extraviado, mi amiga cuando deseo hablar de cosas que no te interesan y has sido toda una diosa para mí en aspectos que ambos sabemos.  No soy muy bueno en esto, y sé que estas no son las palabras que deseas oír solo sé que te amo y lo haré hasta que mis ganas de plasmar tu sonrisa en un canva se vayan, hasta que me haya cansado de hacerte el amor, hasta el día en que me muera. Te amo, y no dejare que te marches de mi vida nunca.

La playa, la arena, los pájaros, todo volvió a su normalidad. Cuando abrí mis ojos la mujer ya no estaba a mi lado. Y fue que entendí que había pasado todo ese tiempo charlando con la persona que solía ser, recordándome que todavía era. Recordándome aquellas palabras que él me había dicho hace dos años en la sala de nuestra casa de playa. Mire mi reloj y marcaba las 5:25. Camine de vuelta a la casa esperando verlo y contarle todo lo que me había sucedido en, según mi reloj, quince minutos. Al entrar me quite el pantalón de pijama que traía estaba todo mojado. Subí a la habitación a ver si me había jugado una broma y se había quedado dormido pero no estaba allí, solo el rastro de lo que habíamos hecho horas antes. Al bajar fui a la cocina para marcarle y encontré una pequeña nota junto a una taza de chocolate caliente. Tome ambas cosas y me dirigí hacia el sofá, el mismo donde hace un tiempo atrás me había quitado el alma para verme desnuda. Le di una probada al chocolate al parecer ya no era caliente así que lo deje en la mesita y me concentre en leer la notita.

“Mi niña, has estado algo distante y fría, no conmigo si no con el mundo. Siempre he visto tu devoción por el mundo y me entristece el alma que ya no sea de esa manera, por eso te he mandado a la playa. Porque cerca del mar siempre eres tú, aquella revoltosa de la cual me he enamorado. Espero que hayas conseguido poner todo en orden en tu paseo, porque a la noche quisiera que junto a una copa de vino me contaras todo lo que te tenía así. Jamás pienses que no sé qué sucede en tu pequeña cabeza, siempre sé que sucede. No he intervenido esta vez porque no sería un buen maestro si sigo rescatándote; debía dejar que lo hicieras tu misma. Así como lo hiciste conmigo. Te amo de las mil maneras en las cuales se puede amar a alguien y en las que no se han descubierto