jueves, 15 de diciembre de 2016

Obsoleta


A quienes escuchan voces



Las mañanas silenciosas,
Calladas y frías
Me dan deseos de vivir.
Parecería como si ellos supieran
Que su quietud danzante
Me quita un peso del alma.
Las hojas lloran en silencio
Parajillos me miran al pasar.
Si cierro mis ojos verdosos
Puedo escuchar el agua correr,
Como quien cotillea en un murmuro.
Tomo asiento en la orilla
Y me limito a respirar.
Las olas besan mis pies
Quitándome las pocas dudas que tengo
Y se marchan dejando su esencia.
Alzo mi voz a los cielos sin nubes
Aclamando a quien quiera llevarse
Esas voces que me atormentan.
No son las aguas las que me ahogan
Si no las voces que me alimentan
La tristeza del alma.

martes, 13 de diciembre de 2016

Viviendo vidas que no son mías



Cuando te fuiste
Hace algunos meses atrás,
Se te olvido llevarte
Tus pequeños ojitos.
Ahora de vez en cuando
Los miro durante un tiempo
Buscando aquello que veía en ellos.
Solían cantarme en las noches
Y besarme en las mañanas.
Me miraban con ternura
Incluso cuando mentía,
Aun sabiendo que me iría.
Para aquel entonces
Ellos eran dos faroles
Llenos de vida.
Hoy se ven como gotas
Cansadas de caer
Una y otra y otra vez.
Quizás es porque ya no estas
O porque solo estoy yo.

sábado, 29 de octubre de 2016

Pensamiento abstracto.

“Yo ya era así antes de que tú llegaras,
caminaba por las mismas calles
y comía las mismas cosas.
Incluso antes de que llegaras
yo ya vivía enamorado de ti
y a veces, no pocas,
te extrañaba como si supiera
que me hacías falta.”
- Edel Juárez






Antes de existir,
Mi piel ya era blancuzca
Tenía los ojos pequeños color ámbar.
Sabía que me gustaría leer
Y tomar algunas cervezas.
Seria parte de la lluvia
Y mi alma estaría en las colinas.
Tendría una necesidad de estar
Siempre triste y atenta,
Era risueña y un poco coqueta.
Antes de existir
Yo te anhelaba.
Vivías en mi cabeza,
Un pequeño artista
Con olor a acuarela
Me pintabas mirando a lo lejos,
 Escribía sobre tus pensamientos
Y las cosas que te atormentaban.
Yo era tu pequeña heroína
Y me consumías cuando quisieras.
Tú no sabías que yo existía,
No sabias que te imploraba
Cada noche entre mis páginas.
Y yo no sabía tu nombre,
Ni el dolor en tu mirada
Cuando caía la noche.
Pero antes de existir
Fuimos elegidos y consumidos.


sábado, 8 de octubre de 2016

Me vuelvo poesía.



Tengo un cielo
Que se viste de negro
No importa la hora que sea.
En mi jardín
Ya no crecen flores,
Si no el mal de amores
Que dejaste atrás.
Mi piel ya no es suave,
De mi espalda brotan
Espinas llegas de sangre.
Se me ha secado el alma
De tanto llorarte,
Me duelen las rodillas
De tanto rezarte.
Mi voz se vuelve pequeña,
Y se pierde en el viento
Que ya nadie escucha.
Vivo en el olvido
Y me muero a ratos
Pero cuando me miras
Vuelvo a ser yo misma.
Pero cuando me tocas
Yo me siento tuya.
Pero cuando me besas
Me vuelvo poema.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Plegarias para Lolita.


 Para Fernanda, dulce niña.


Lolita, por favor,
Déjeme besarle la comisura…
¿De dónde? ¡Pues de cualquier lado!
Quiero desvestirle la piel cristalina,
Empaparla del gemido que emana su cuerpo.
Lolita, pequeña mía,
Sea usted la doncella cortesana en mi cama.
Pues no hay mejor visión que la suya
Con mis dedos entre su sonrisa.
Existo para ver su figura moverse
Por la longitud de mi cuerpo.
Permítame pintarle muy adentro
Allá donde casi nadie llega.
Me encomiendo a usted, Lolita,
Le entrego mi devoción a la vida en su mirada,
Pero por favor, Lolita,

Por una noche déjeme decir que fue mía.

sábado, 27 de agosto de 2016

La lejanía de mi ser.



Jamás serás mía, y me fascinas.
Alma errante que recorre
Las entrañas de mis anhelos.
Te llevo cargando en mi espalda
Desde que mamá me leía cuentos.
Pasaste de ser niña con coletas
A mujer con versos en libretas.
Si solo pudiese dejarte,
Desistir de alguna forma encontrarte.
Que castigo el no coincidir contigo,
Suplicio el no protagonizar esa vida.
Y es que eres eso que siempre quise,
Eso que quiero ser
Algo que jamás voy a tener.
Es por eso que hoy te digo a ti utopía,
Jamás serás mía, y me fascinas.

viernes, 19 de agosto de 2016

Ojalá


Si pudieses ver el mundo con mis ojos,
Amor mío,
Quizás vieras los colores en la noche silenciosa.
Escucharas la risa de las olas cuando se tocan
Respirarías el verso pintado en el cielo.
Te mirarías siendo profecía de algún sueño. 

miércoles, 27 de julio de 2016

Lucía y Valentina



Lucía llevaba un vestido rojo algo ajustado, resaltando sus inquietantes curvas. Tenía una larga y rizada melena oscura, caía en cascada por su espalda dándole un aire feroz y excitante. A su lado en la barra, se encontraba Valentina con un pequeño traje azul cielo. Era una mulata de largas piernas, su cabello recogido contrastaba los rasgos finos de su rostro. Ambas, con trago en mano se miraban y me miraban a mí, esperando que les diera alguna respuesta a su propuesta. Lo pensé un rato, lo suficiente para que pasaran tres rondas de cerveza. Cuando acepte, tomaron mis manos y me llevaron a un pequeño cuarto del burdel. El cuarto tenía una luz violeta, una mochila en el fondo y en el centro había una cama lo bastante grande para las tres. Lucía se acercó a la mochila y comenzó a sacar sus juguetes, mientras que Valentina me miraba de arriba abajo, recostada de la pared.
-Quizás finalmente podamos lograr que todo esto te guste, y le pierdas el miedo. Dijo Val, trazando su mirada desde mi boca hasta mi escote.
-Suena como un reto. ¿Quieres apostar? Le sonreí.
-Apostemos, ten por seguro que ganaremos todas.
Y de eso no había duda. Había algo tan embriagador en aquella mujer, tan confiada y tan hermosa que de un momento a otro la tenía encima de mí. Tiraba de mi rostro mientras se movía en círculos, podía saborear el vodka en su lengua. Me iba desnudando y besando cada pedazo de piel que veía. Cuando consiguió dejarme desnuda, Lucía estaba en la cama solo con sus bragas puestas. Tenía la soga en sus manos y sin preguntar comenzó a hacer nudos aquí y allá. Una vez inmovilizada me pidió que abriera mis piernas, y con su melena recogida dejando libre su rostro comenzó a pasar sus dedos en mi clítoris. Me pasaba los dedos por los labios, mordía mi cuello fuertemente mientras los volvía a introducir. Se acercó a mi oído frotando su nariz en mi piel
-Podemos jugar si eso es lo que quieres.
 Asentí lentamente y ambas se levantaron de la cama dirigiéndose al bolso de la esquina. Al regresar Lucía tenía una fusta de silicón en la mano, Valentina llevaba una mordaza para la boca y unas pequeñas pinzas para los pezones. Me las colocó con ternura, como si yo fuese una muñeca la cual le iban a dar todo el amor posible. Y de alguna manera, aquello si era cierto. Estas mujeres, diosas, tenían tantos deseos por darme amor que era imposible negarme a todo aquello. Poniéndome en cuclillas Lucía comenzó a pasar la fusta por mi espalda golpeando de vez en cuando. Una vez llego a mis nalgas comenzó a golpear fuerte, una y otra vez, y otra vez. Se detenía de un momento a otro para besar mis caderas, mi espalda y los moretones que iba dejando en mi piel. Val me pidió levantara mi cabeza, al hacerlo quito la mordaza de mi boca y rodeo mi espalda con sus largas piernas. Ella comenzó a gemir cuando mi lengua hizo contacto con su piel y al segundo, no podía contener mis gemidos ya que los golpes comenzaron a ser más fuertes y Lucía había introducido algún vibrador dentro de mi. Levante mi rostro para ver a Val ella estaba sentada, mordiéndole los pezones a Lucia mientras ella tiraba de su cabello y se unía a mis gemidos. Luego de haber terminado, Lucía me desató con cuidado y con una leve sonrisa se fue a recoger cada juguete que había en el cuarto. Valentina ya estaba vestida, se arreglaba el cabello en el espejo que había en la pared. Me aproxime a vestirme y arreglar un poco mi maquillaje. Sentí beso en el cuello, Valentina estaba detrás de mí.
-Jamás apuesto algo que no pueda ganar. Sonrió, y al cabo de un segundo Lucía también estaba a mi lado.
-Y, sin duda, mis hermosas niñas, ganamos todas.

Cada una me dio un beso y salieron del cuarto, con la certeza de que volveríamos a tener una apuesta como aquella.

domingo, 24 de julio de 2016

Te encuentro.


Te observo detenidamente,
Como si el tiempo que tuviese no fuera suficiente.
Puntualizo los lunares que llevas en las manos,
(Algunas marcas de pinchazos y dolor)
La tensión esparcida en tu mirada
(Algo triste, algo perdida)
La posición torpe de tu espalda al sentarte
(Se ve tanto dolor)
Se me escapa alguna sonrisa,
Llega hasta aquí el olor exquisito de tu cuerpo.
(No te distraigas)
Te pierdes en una línea de pensamientos
(Se te ha extraviado mi invitación)
Y tus dedos tamborilean en señal de nervios.
(Es más bien un gesto tierno)
Sostienes mi mirada por unos momentos,
(Enviando nervios por mi cuerpo)
Repasando cada centímetro de mi existencia.
(Deseándote de una y mil maneras)
Allí parado frente a mí te sonrió
Y te beso tal cual mi antojo.
Estas tan lleno de todo
Y yo quiero estar tan llena de ti.







lunes, 11 de julio de 2016

Fragmentos de mi diario.



Llueve sin parar y el auto ha absorbido el olor al whisky que he derramado en el asiento. Mi maquillaje esta esparcido por mi rostro, no sé cuándo he comenzado a llorar, quizás son los efectos secundarios de beberme esta cosa barata (señalando el whisky.) Dicen que para ser poeta es necesario tener alguna tristeza interminable, a mí me parece un cliché absurdo y sin relevancia. Pero lo gracioso del asunto es que aquí estoy, sentada en mi auto intentando descifrar cual es el factor detonador de mi tristeza. Pueden ser los problemas en casa, hay tanta frialdad en ella que cada vez que camino sin zapatos termino sangrando. O puede ser la falta de concentración al hacer las cosas, quizás por eso termina todo saliéndome mal (toma un pequeño sorbo.) Quizás debería de dejar de buscar que causa la tristeza y comenzar a buscar las salidas de emergencia ¿pero cómo puedo buscar algo en una habitación con los ojos vendados? Puedo salir y sumergirme dentro de la lluvia, dejar que moje mi cabello y mis pies, provocando que me enferme algunas semanas; o simplemente puedo mirar el desastre natural desde aquí, y admirarlo sin saber cómo entrar en el. El cielo llora fuera del auto y lloro dentro de el, descontroladamente, con la misma fuerza que el viento sopla afuera. Se me acaban las ideas para salir de este círculo vicioso con la poca vida que me queda, y puede que solo este dramatizando (o he leído muchísimo a Sylvia Plath) pero así se siente. Dicen que para que una estrella nazca una nébula gaseosa debe colapsarse, y yo me colpaso con el alcohol barato a ver si cuando me despierte soy finalmente una estrella.

sábado, 4 de junio de 2016

Llena de alcohol y tristeza



Vivo a la sombra del ayer,
Me ahogo en las interrogantes constantes.
Ceno con la amargura de mi silueta
Y me bebo lo que soy pero no quiero ser.
Lagrimas con sabor a decepción,
Puedo escuchar la risa de todos
En cada rincón de mi cuerpo.
Siento la sangre correr entre mis dedos
Me he pasado con el alcohol.
No me importa, que se joda.
La tristeza amerita un buen vino
Un cigarrillo infinito.
Pues ellos jamás vieron en mí
Algo lindo, algo bonito.
Y para dejarnos de eufemismo
No me vieron y punto.
Fui intangible océano contaminado,
Fui ave con alas rotas.
Fui siempre la que no fue.

miércoles, 1 de junio de 2016

Amara


Amara se sienta con su vestido negro,
Su ondulado cabello le cae por el rostro.
Tiene un par de ojos tristes pintados de verde
Y la sonrisa un tanto oxidada.

Amara me mira, esperando que entre en la tina.
Enjuaga mi piel mientras me charla.
Dice que debo aprender más cosas,
Que me estoy volviendo un poco tonta.
También dice que el vestido no me sube
Y que tengo muchas marcas en la cintura.

Amara se deshace de su vestido negro
Y delicadamente suelta su cabello.
Entra conmigo en la tina y se recuesta,
Entrelazando sus piernas con las mías.

Amara es malditamente preciosa.
Lunares y pecas adornan su piel
Y su pequeño cuerpo es algo divino.
Me sigue recordando todo lo que no soy
Y de momento no siento el aire.
Y de momento, no sé quién soy.

Amara se ríe y se ríe sin parar.
Sabe que me duele y que me hace daño
Le pido que se calle y que se vaya.
Y ella solo se queda ahí,
Mostrándome su mejor sonrisa.
La tomo entre mis manos y la aprieto
Sin saber por dónde, sin medir cuan fuerte.
El miedo se evapora lentamente
Y para cuando abro mis ojos Amara no está.

Comienzo a mirar por doquier
Cuando una voz llama mi atención
“Buen intento, bonita, buen intento.”
La voz retumbaba dentro de mi cabeza
Y por razones inexplicables llegue a mi cuarto
Donde Amara yacía acostada en la cama.

Y comenzamos de nuevo.

jueves, 19 de mayo de 2016

Hombres de siempre.




 Foto por jodiopelele


(A Gabriel y Polo)
I
De sonrisas y cervezas,
Me invitaron a charlar.
En su regazo una pequeña libreta
Plagada de historias que contar.
Delicadas y frágiles manos
¿Cómo es posible crear tanto?
Les deje que me escribieran,
Ser parte de alguna leyenda.
Mujer de letras me llamaron,
Hombres de trova les llame.




  
(A Alexander)

II
A colores verdes y azules
Seguí a un chaval por mis tierras.
Iba contando las gaviotas
Y susurrándole a las olas.
Me dijo que me mostraría
La magia que poesía.
Así que me pare frente a su lente
Y le sonreí algunas veces.
Ahí estaba yo plasmada en su artefacto,
Contrastando el paisaje que tenía a mi lado.




(A él)

III
Tenía manos con pecas,
Y una sonrisa en la mirada.
Llevaba un aroma a pintura
Que se aferraba a mi cintura.
Era el pintor de mis días,
Estampaba mi esencia en sus canvas.
Me fue pintando la piel
Pidiéndome ser musa de su mente.
Yo era suya y de su acuarela,
Él era mío y de mis letras.





(A ellos)
IV

Vivo rodeada de arte.
De resplandores y retratos,
Poemas y prosa,
De pinceles y colores.
Son hombres,
Hombres que capturan,
Hombres de letras,
Hombres que crean.
Vinieron a conquistar el arte
Y a quedarse con el mundo.


martes, 17 de mayo de 2016

Suya.

Mi nombre emana de sus labios,
Con firmeza y posesión.
Me llama con exigencia,
Desbordando lujuria y deseo.
Me pide que mire como me toca,
Dice que así puedo amarme;
Que puedo sentirme.
Besa el busto que lo acoge,
Se toma el tiempo en descubrirme.
Sucumbe mi boca con su lengua,
Reclamándola suya.
Va perdiendo el control
Una vez se mezcla con mi cuerpo.
El me llama, y yo voy.
Yo lo llamo, y el viene.
Puedo escuchar sus gemidos
Muy dulcemente en mi pecho.
Oh, sí, se escucha algo más.

Su nombre saliendo de mis labios.

domingo, 15 de mayo de 2016

Te intento contener, y nada.

Agua calmada
Que me aleja de la corriente.
Deshilando cada nervio
Que viste mi piel.
Intento contener
Su inmensidad en mis manos,
Solo consiguiendo
Embaces vacíos.
Agua; agua que cae
Agua que limpia,
Agua que ama.
Le bailo y le rezo,
Le pido que se quede
Y me enjuague los besos.
Agua calmada
Que recoge los pedazos de mi ser.


jueves, 21 de abril de 2016

Poesía triste.

Usted que hace de mis penas
Un manto de hojas.
Usted que transforma mi cuerpo
En una noche primorosa.
Usted que me desfigura
Las sombras quisquillosas de mi espalda.
Usted que le canta a mis jarrones,
Llenos de sangre y agua.
Usted que me mira el alma
Y me desviste la piel magullada.
Usted que siembra amapolas
En mi tierra muerta.
Usted que recoge las virutas
 De sueños perdidos en mi almohada.
Usted que me pinta gaviotas
En vuelo libre sobre mi cabeza.
Usted y solo usted,
Me hace ser quien soy.


domingo, 10 de abril de 2016

Yo me toco, tú me tocas.




…Aún tengo mis ojos cerrados, pero él sigue buscando la manera de que lo mire. Esta tan cerca que puedo sentir la delicia de su aliento en mis mejillas, así que no puedo evitar  sonreír. Besa suavemente detrás de mí oreja y traza una línea con su lengua que baja hasta mi pecho. Su mano baja lentamente por mi cintura y juega con el dobladillo de mi camiseta. Suelto un pequeño grito cuando su otra mano desciende por mí entre pierna. Escucho como se ríe y abro repentinamente los ojos. La oscuridad nos consume, pero alcanzo ver el destello en sus ojos, la sonrisa que aun lleva en sus labios y su pelo despeinado. Hostia, que es embriagador verlo así, solo quiero sentarme en su cara para que sonría de verdad. Opto por seguirle el juego, así que me quito mi camisa, dejándome el sujetador y  las bragas. Siento su mirada recorriendo cada milímetro de mi cuerpo y al ver que se aproxima hacia mí, me levanto. Sin dejar de mirarlo, me coloco en el otro extremo de la cama, alejada pero justo frente de él. Cierro mis ojos nuevamente, y pienso en aquel día en el cual tenía mis pezones en su boca, lamiéndolos y tirando de ellos fuertemente. El mismo el cual gimió mi nombre en todos los tonos cuando no paraba de chupárselo lentamente. El sonido de un suspiro me trae a la realidad y veo que está un poco más cerca. Lo examino y lo veo observando mis manos en mi entrepierna, esta tan excitado que ya la tiene dura. Con un hilo de voz me pide que me toque, le sonrió y le digo que se aparte. Cuando está ligeramente lejos abro las piernas de par a par y me quito mis bragas. Mis dedos viajan por mis muslos hasta llegar a mi clítoris, puedo sentir lo húmeda que estoy. Acaricio suavemente el área mientras lo miro fijamente, arqueo la espalda y me recuesto para que de donde está, me pueda ver mejor. Con la otra mano me quito el sujetador y me acaricio los pezones con la misma delicadeza con la que él lo haría. Lo escucho gemir y yo gimo a su vez, si hay algo que me produce placer sin duda es escucharlo gemir. Entro y saco algunos dedos mientras mis caderas forman un vaivén al conjunto de mis dedos. Sollozos salen de mi boca, seguido de su nombre; quiero que me toque el, que me acaricie lentamente y termine con su lengua en mi clítoris. No consigo llamarlo, mis piernas comienzan a tensarse y se me nubla la vida. No sé cuánto ha pasado desde que tuve el orgasmo, el sudor corre por mi pecho y mi rostro. Intento incorporarme, pero siento sus brazos rodeándome la cintura. ¿Me habré quedado dormida? Está completamente desnudo tumbado junto a mí, durmiendo tranquilamente. No puedo evitar sonreír, porque aunque no me haya tocado sé que ha disfrutado casi tanto como yo.

jueves, 11 de febrero de 2016

Navegando en llanto.

Mi barco tiene un agujero,
No es muy grande
Así que no entra mucha agua.
Le he puesto un trozo de madera,
Pero en las noches
El agua es más fuerte
Llevándose todos mis esfuerzos
De retenerla.
A mi barco le entra agua,
Y ya no queda espacio
Para evadir mi realidad.
Todo se vuelve pequeño
Ya no cabemos las dos.
Intento convencerla de que se vaya
He pensado en ahogarla.
Pasan los días en silencio
A mi libreta no le caben las palabras,
¿Sera mejor dejarme llevar?
¿Es acaso esto una señal?
Mi barco se hunde,
Y yo me hundo también;
Llevándome la tristeza.