Navegando en llanto.

Mi barco tiene un agujero,

No es muy grande

Así que no entra mucha agua.

Le he puesto un trozo de madera,

Pero en las noches

El agua es más fuerte

Llevándose todos mis esfuerzos

De retenerla.

A mi barco le entra agua,

Y ya no queda espacio

Para evadir mi realidad.

Todo se vuelve pequeño

Ya no cabemos las dos.

Intento convencerla de que se vaya

He pensado en ahogarla.

Pasan los días en silencio

A mi libreta no le caben las palabras,

¿Sera mejor dejarme llevar?

¿Es acaso esto una señal?

Mi barco se hunde,

Y yo me hundo también;

Llevándome la tristeza.

Besos de acuarela.

Si vais a besarme,

Hágalo despacio y sin prisa.

Analice cada detalle de mí

Y enamórese del lunar que llevo

Justo arriba de mi sonrisa.

Hágalo aunque se enoje.

Tómeme con firmeza y

Tire de mi cabello,

Muérdame un poquito.

Ríase al tocar mis labios,

Humedézcase en mí.

Béseme, por favor, béseme

Y si lo va a hacer;

Béseme siempre.

Gemidos y sollozos.

Oigo mi nombre

Entre gemidos y sollozos.

Sus labios húmedos visten mi piel,

Y yo allí permanezco embriagada

Por la noche, su aroma y el viento.

Floto como aura encima de su cama

Sintiendo como sonreía entre mis senos.

Esbozaba mi cintura y también, mis curvaturas;

Yo era su boceto, siempre suyo y siempre desnudo.

Estaba allí, dentro de mí y del mundo

Haciéndome sentir corriente de mar inquieto.

Era el clímax perfecto, pues el llevaba

Un poquito de mí ser en su cuerpo

Y yo guardaba el sabor de su alma.

Los viernes nos conjugábamos

Para los sábados tener de que charlar

En las mañanas donde el café calla.

Era yo su vida, y él mi razón.

Mi océano.

Piel de arena,

Tenía pecas por doquier.

Su risa danzaba por el viento,

Ella era un océano.

A cabellos alborotados

De todos los colores;

Siempre perdida entre

Paginas con brote de versos.

Náyade mi dulce vida,

Socorría mi alma

Cuando me quedaba sin luz.

Coqueta morena,

Con su pequeña figura.

Se percibe su mirada en la noche,

Se respira por las aguas.

Vaga por el mundo dicha diosa,

Sin saber cuan poder posee.

Por eso lo escribo en mi libreta,

Y la proclamo ante la luna:

Mi ninfa de agua,

Mi sol de luna,

Mi océano.