Caminando
por las riberas de mi isla, siendo acariciada por la afectuosa brisa, una ola
de nostálgicos pensamientos invaden mi pensar. Es lamentable el saber que sólo
tendré una vida para admirar la belleza que me rodea, que tiene mi tierra. Es
aún más triste el que algún día no despertare junto a esa sonrisa cautivadora,
junto a esos infinitos ojos color pardo y al olor a creatividad brotando de tu
cerebro en las mañanas .Pero en mi
recorrido, levanté mi vista y admire unos segundo a las aves; fue ahí cuando lo
entendí. No importa si tengo una vida, un año, un mes o unos días, lo que
importa es que lo hice, me entregue y en mi piel quedo tatuado los recuerdos
más gratos que pude tener en mi vida.
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