domingo, 10 de enero de 2016

Poeta.


He dejado de encender las luces,
Para así bañarme y prender una vela.
Ver la silueta de mi cuerpo,
Escuchar el ruido de la llama.
Sentir la habitación tranquila y
Sentarme a escribir poesía.

Salí a mojarme en la noche,
A beberme unas tres cervezas.
Bailar encima de una mesa,
Enredarme el cabello y al final
Terminar sumergida en el gemido
Que produce tu alma.

Tuve que rotular la corteza
Que me viste y me compone.
Llorar noches y mares,
Ahogarme sola, gritarle a la vida;
Sentir rabia contra mí ser
Asesinarme para volver a renacer.

Me enamore de dos ojos café,
De unas estimulantes manos
Y de una sonrisa provocadora.
También lo hice de un pintor,
De un artista, y de ahí saque
Al acompañante de mis días.

Leí treinta y dos libros,
Unos buenos y otros malos.
Aprendí de la buena literatura
Y escribí setenta y siete poemas.
Busque una vieja libreta
Y la titule “de mis poemas tu risa”

Fui a la playa a encomendarme
Al Dios que creo tan bella prosa.
Reverencia a las olas y mi alma
Flota con las gaviotas pintadas.
Tan maravilloso es el verde
Y tan sublime es el azul.

Soy una poeta, una artista.
Una que usa labial y bebe cerveza,
Una que tuvo que matarse para vivir;
Aquella que se entregó a un pintor
Y se encuentra en las olas.

Soy quien ve más de lo que puede.

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