viernes, 5 de febrero de 2016

Gemidos y sollozos.

Oigo mi nombre
Entre gemidos y sollozos.
Sus labios húmedos visten mi piel,
Y yo allí permanezco embriagada
Por la noche, su aroma y el viento.
Floto como aura encima de su cama
Sintiendo como sonreía entre mis senos.
Esbozaba mi cintura y también, mis curvaturas;
Yo era su boceto, siempre suyo y siempre desnudo.
Estaba allí, dentro de mí y del mundo
Haciéndome sentir corriente de mar inquieto.
Era el clímax perfecto, pues el llevaba
Un poquito de mí ser en su cuerpo
Y yo guardaba el sabor de su alma.
Los viernes nos conjugábamos
Para los sábados tener de que charlar
En las mañanas donde el café calla.
Era yo su vida, y él mi razón.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario