lunes, 8 de septiembre de 2014

Tus manos


Desmesuradas, atezadas, con vitolas de combate.
En las tinieblas hacen su jornada por las curvaturas de mi cuerpo. 
A veces sutiles, a veces ásperas pero siempre con el mismo objetivo; dar amor en cualquier connotación.
Se filtran en mi piel, así como en el ocaso el sol penetra en el agua.
¡Bendita sean! ¡Bendita sean esas manos! 
Tienen el don de hacerme surcar, amar y pecar.

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