Estoy
perdida en este mundo.
He perdido mi paz, mi alma, mi ser.
Ya el cantar de mi madre no me
levanta en las mañanas.
El llamado de las ninfas no recorre
mi piel.
Mi alrededor es un augurio el cual
me tiene desorientada, atrapada.
Prisionera de cuatro paredes donde
el ruido me vuelve pequeña
Aún sigo aquí, muy dentro de mí;
pero estoy a la deriva en esta barcaza, que poco a poco va llegando a la
orilla.
El camino se hace largo y mis ganas
por reencontrarme fieles. He perdido la noción del tiempo y de paso se ha
jodido mi compostura.
No puedo más, quiero volver a ser
yo.
Y en el más profundo de los
sentido, esta tormenta que sacude mi alma, lentamente grita
"libérame".
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