viernes, 9 de enero de 2015

El vals del orgasmo.

Director de mis sinfonías perversas, sucias.
En la cama suena un vals de cuerpos incorporados, sonsacando.
Aroma embriagador por las esquinas del cuarto, puedo sentirte
Quiero tomarte.
Fundidos en un furtivo oleaje, es un vaivén.
Donde la marea sube, donde la marea baja.
El está ahí, en tierra.
Yo estoy acá, en aire.
Es hora de la última pieza
y le damos rienda suelta al deseo.
Me dejo ir en el éxtasis de tus manos, de tu boca,
De tu lengua danzarina.
El milagro sucede, la música cesa
La marea baja.
El milagro ha sucedió y todo fue exquisito.
La noche fue testigo
Del vals que bailan nuestras almas.


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