martes, 17 de mayo de 2016

Suya.

Mi nombre emana de sus labios,
Con firmeza y posesión.
Me llama con exigencia,
Desbordando lujuria y deseo.
Me pide que mire como me toca,
Dice que así puedo amarme;
Que puedo sentirme.
Besa el busto que lo acoge,
Se toma el tiempo en descubrirme.
Sucumbe mi boca con su lengua,
Reclamándola suya.
Va perdiendo el control
Una vez se mezcla con mi cuerpo.
El me llama, y yo voy.
Yo lo llamo, y el viene.
Puedo escuchar sus gemidos
Muy dulcemente en mi pecho.
Oh, sí, se escucha algo más.

Su nombre saliendo de mis labios.

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