Mi nombre emana de sus
labios,
Con firmeza y posesión.
Me llama con exigencia,
Desbordando lujuria y deseo.
Me pide que mire como me
toca,
Dice que así puedo amarme;
Que puedo sentirme.
Besa el busto que lo acoge,
Se toma el tiempo en
descubrirme.
Sucumbe mi boca con su
lengua,
Reclamándola suya.
Va perdiendo el control
Una vez se mezcla con mi
cuerpo.
El me llama, y yo voy.
Yo lo llamo, y el viene.
Puedo escuchar sus gemidos
Muy dulcemente en mi pecho.
Oh, sí, se escucha algo más.
Su nombre saliendo de mis
labios.
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