miércoles, 1 de junio de 2016

Amara


Amara se sienta con su vestido negro,
Su ondulado cabello le cae por el rostro.
Tiene un par de ojos tristes pintados de verde
Y la sonrisa un tanto oxidada.

Amara me mira, esperando que entre en la tina.
Enjuaga mi piel mientras me charla.
Dice que debo aprender más cosas,
Que me estoy volviendo un poco tonta.
También dice que el vestido no me sube
Y que tengo muchas marcas en la cintura.

Amara se deshace de su vestido negro
Y delicadamente suelta su cabello.
Entra conmigo en la tina y se recuesta,
Entrelazando sus piernas con las mías.

Amara es malditamente preciosa.
Lunares y pecas adornan su piel
Y su pequeño cuerpo es algo divino.
Me sigue recordando todo lo que no soy
Y de momento no siento el aire.
Y de momento, no sé quién soy.

Amara se ríe y se ríe sin parar.
Sabe que me duele y que me hace daño
Le pido que se calle y que se vaya.
Y ella solo se queda ahí,
Mostrándome su mejor sonrisa.
La tomo entre mis manos y la aprieto
Sin saber por dónde, sin medir cuan fuerte.
El miedo se evapora lentamente
Y para cuando abro mis ojos Amara no está.

Comienzo a mirar por doquier
Cuando una voz llama mi atención
“Buen intento, bonita, buen intento.”
La voz retumbaba dentro de mi cabeza
Y por razones inexplicables llegue a mi cuarto
Donde Amara yacía acostada en la cama.

Y comenzamos de nuevo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario