lunes, 28 de diciembre de 2015

Niña.

He aprendido a vivir la vida sola,
Apreciar las cosas pequeñas.
El sonido de los carros al pasar,
Las gotas de lluvia en el techo
Incluso la inquietante voz del silencio.
Pero la vida suele dejarte notitas en la mesa
Repitiéndote que es mejor vivir con
Agonizante compañía que con una
Soledad estancada.
Y así fue como me regalo a una mulata
De pecas en el rostro y cabellos chispeantes.
La puso en mi camino sin decir nada,
Sin decir porque, pero allí estaba.
Así que le pedí a la luna, al sol
Se lo pide hasta a las aguas que cantan en las noches;
Le pedí que me la dejaran, no hoy
No mañana, la quería siempre.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Su diosa.

Siempre he sabido encontrarme
En distintos lugares.
Por arriba en las montañas,
Volando como una cometa.
O por abajo en el mar,
Entre arrecifes y corales.
En lo verde de la pradera,
Y en lo gris de la lluvia.
Pero ayer me encontré
Entre las costuras de su boca.
Fui meticulosamente desvestida
Por una creación divina.
Embriagada por el aroma de su pelo,
Seducida por su sonrisa divertida.
Alocada por el color de su corteza.
Allí me encontré y me proclamo su diosa.
Yo, una chaparra de cabellos alborotados,
Un par de ojos verdes, un cuaderno con garabatos
Y con una historia que contar.
Un sábado en la noche, aquella alma me escucho
Y de paso, me desnudo el alma.
Beso cada detalle de mi complexión,
Hizo un himno con mi nombre.
Se unió en un pacto de cuerpos
Y el pago venia en orgasmos.
Aquel sábado me encontré
Cuando me proclamo su diosa,
Y al terminar se quedó.

martes, 15 de diciembre de 2015

Gotas.


De una misma gota
Dos vidas, distintas y parecidas.
Paridas por la madre verde,
Criadas en tierra de trovadores.
En la madrugada tazas de café
Se dibujaban en la pradera.
Siempre acompañados
Por unos viejos versos.
Senderos de papel,
Charcas de verbos.
Colina de parábolas
Y lluvia de esdrújulas.
Salió con bandera en mano
Pidiéndome que lo acompañara.
Porque para un poeta no hay nada mejor
Que tener una pequeña musa
Guardada en una caja.
Mi amigo y mi maestro.
Siempre tendremos
Mares en el cielo.            
Aquí estoy y estaré
Compartiendo pergaminos,
Historias y una misma gota. 

lunes, 7 de diciembre de 2015

El ultimo adiós.

¿Has sentido ese vacío ruidoso?
Lo has dejado tú, se te ha olvidado.
Te has marchado dejándolo todo,
Un beso perdido en la cama,
El sonido de tu risa vagando en la casa.
La camiseta color crema,
Incluso tus viejas historietas.
Se te han olvidado, así que te he llamado.
Al contestar pregunte “¿Cómo has estado?”
“Mejor que ayer” dijo él.
Luego de una corta charla cordial,
Le he dicho lo que ha olvidado.
Tras una pausa soltó una risa,
No de sarcasmo, no de diversión.
Aquello era una manifestación de todo
Lo que se guardaba para sí mismo.
“Si yo he dejado historietas y
Camisetas viejas tú has dejado el alma.
Aquí conmigo, justo aquí.
En bragas se toma el café,
Y en la tina se fuma un cigarrillo.
Lleva aquella mirada perdida
De la que tanto me enamore.
El habernos amado tanto y
Luego dejarnos ha traído su maldición.
Yo me baño con lo que eras
Y tú te embriagas con el que fui”

martes, 24 de noviembre de 2015

Inmigrante.

Luz divina y celestial,
Desciende e ilumina.
Muéstrales el camino,
A los que en otras tierras vagan.
Aquellos que se han perdido
Entre cincuenta estrellas,
Y mucho frío.
Sigan la canción por las montañas,
Aquella que nos dio un poco de rebelión.
Escuchen el murmullo atrapado
En los barriles y el cuatro.
Los que mueven tu bandera,
Portadora de raíces e historias,
Aquella que te creo.
 Sigan la estrella en el cielo,
Aquella que brilla sola.
Luz divina y celestial,
Desciende e ilumina.
Muéstrales el camino a casa,
Que su Puerto Rico los reclama.

martes, 10 de noviembre de 2015

Jardín en la bañera.

Hoy desperté desorientada
En el crepúsculo de tu cuello.
Queriendo desayunarme
Un café y tus manos.
Acostarme de cabeza,
Y besarte la cuenca de la oreja.
Sonreírle al destello que brotan tus ojos,
Charlar con las pecas que dejaste en la cama.
Sembrar tulipanes y azucenas,
Tener un jardín en la bañera.
Ponerme el vestido amarillo,
Correr descalza bajo el sol.
Darte un manjar de besos,
Tomarte fotos con la boca.
Darte un pedacito cada día,
De desayuno, almuerzo y cena.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Gris.

Incierto lo que sucede allá dentro.
Ni tú con certeza lo sabes.
Siempre un caos, todo desordenado.
Cegado por adoquines interrogantes.
Abrumado y sin respuestas.
Lúgubre el aire que se respira,
Cuando guardas tu alma.
Dejando todo lo oscuro salir,
Dejando de ser tú.
De gota en gota paso el tiempo,
Ideando una manera de que te quedes.
Allí, en tierra firme.
En todo lo que haces y eres.
Que te encuentres en el olor a acuarela,
O crees millones de diseños.
Quiero que puedas encontrar el camino,
De encontrarte a ti mismo,
Pero conmigo.

sábado, 24 de octubre de 2015

Oh Maria.

                                       
Yo no solía rezar
Hasta que la conocí.
Era difícil no ceder a sus tentaciones
En el pueblo decían que era ella
La dama de noche, vicio de los hombres.
Pero yo quería probarla, ocupar un lugar
Entre sus risos desordenados.
Le pedí una noche, solo una.
Ella divertida acepto y la seguí hipnotizada
Al llegar a la recamara se despojó de su vestido
Permitiéndome ver lo blanco de su piel 
Se acercó a mí y sin preámbulos me plantó un beso.
Sutiles sus labios, deliciosos.
Una caricia por la espalda, otra en las caderas
Me quita el suéter y la falda.
Sentía sus dedos explorar la humedad
Entre mis piernas, haciendo a un lado el vello.
Su lengua recorría mis senos y su mirada
Estaba fija en mí, se mordía los labios
Me gemía suavemente al oído.
La sentía dentro de mí
Haciendo movimientos lentos
-No te resistas, déjame mostrarte…
Y como quien obedece sin preguntar
Deje que una ola de placer inundara mi cuerpo
Haciendo la habitación pequeña, silenciando todo.
No sé si había pasado una o tres horas
Pero yo yacía desnuda, empapada en sudor
La habitación olía extraño me incorporo
Para encontrarla sentada en la ventana
Aun desnuda fumándose un cigarro.
Al verme sonríe y me ofrece un trago
Era una diosa tallada por la vida.
Un último beso fue plasmado antes de marcharse
Y de eso ha pasado seis años.
Yo no solía rezar
Hasta que la conocí.
Me he topado con ella varias veces
Como viento que mueve hojas
En las noches que el cielo este despejado
Le suelo gritar al viento
Oh María, sin pecado concebida
Tráemela una noche, solo una.

Sin nada.

Me voy, sin tiempo.
Sin mapas ni brújulas.
A encontrarme en lo verde,
Perderme en lo azul.
A correr descalza, bañarme en sueños.
Voy siguiendo un camino de virutas,
Que comienza en los adoquines de tu espalda.

Me voy, a beberme la vida
Sin fecha de regreso.
A perfumarme en azucenas,
Pa bailar un poco bomba y plena.
Al son que tus manos toquen.

Llegue sin invitación a tu cuerpo,
Y fui recibida como quien espera una vida.
Mi musa eterna, siempre disponible,
Para unos orgasmos y unos besos.
Contigo que siempre fui santa
Y siempre fui tan fulana

Llegue a beber de tu oasis,
A quedarme entre tus sabanas.
Para que me hagas tuya no solo hoy,
Si no también mañana.
Una caricia furtiva
En la humedad que posee mi alma

Me voy, un día o dos.
A la Habana o a España.
A beber café con mi vieja guitarra,
Y a cantar poesía con las rameras.
Me voy sabiendo que mis caminos
Siempre me traerán de vuelta a ti.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Tequila y limón

Una copa, dos copas.
¿Dónde estoy? ¿Qué es este dolor?
¡Oh, ya recuerdo! Si tu mueca me lo grita.
El vago recuerdo de lo que solíamos ser.
Día a día, intentándolo; buscando lo que fue.
Disfrazando la rutina, evadiendo el hoy.
Bañándome en recuerdos, cenándome las ganas.
Allí van tres copas más, quizás cuatro.
¿Qué hago cuestionando? Si yo fui quien cambie
Y ahora no me encuentro, por ningún lado aparezco.
¿Qué espero encontrar? Si estoy a seis vidas de ser quien fui.
El tiempo se me va, la vida sigue pasando
Cuatro paredes y una voz a lo lejos que grita
“Debes salir de ahí, el ayer es un mar inestable
No te dejará ir una vez te entregues por completo”
Lástima, redención y ansiedad como huéspedes
Sin hora de partida, viviendo de mí.
Cinco copas, quizás seis.
El dolor se calma y mi vista se nubla
El suelo me parece acogedor
Y en el techo brota un mar de estrellas.
Una lágrima, quizás dos
´Pero solo una copa más para entender
El desorden que llevo dentro
¡Oh vaya!

Necesitaré otra botella para arreglar esto

miércoles, 7 de octubre de 2015

Pieza divina.



Era angelical, pieza divina.
Musa de poetas, fantasía de lascivos.
Postrada entre arbustos verdes
Dejando que el mundo se fusione
Con sus minuciosos senos.

Era una obra de arte, pieza divina.
Verla allí cautivaba a cualquiera
Doncella cristalizada
Sonreía, como quien lo sabe todo.
Consciente de sus encantos.

Era una lujuriosa, pieza divina.
Vaivén embriagante de caderas
Inocente rostro que emanaba orgasmos
¿Qué sucedía? ¿Realmente la deseaba?
¿Cómo podía estar pasándome esto?

Era como la noche, pieza divina.
Cubriéndome con su manto
Incitándome pasiones prohibidas
La noche te juega trucos
Y de todos, ella era el favorito.

Tres pasiones

Quiero ser la línea que adorna tu palma. Amanecer en la liviana delicadeza de tu pecho, quiero que de tus cálidos labios emane mi nombre 
luego de una mañana llena de pasión.

Quiero una taza de café, quizás dos. Un dulce beso que me recorra el sendero que baja por mi cuello.
Quiero una mirada de esos inminentes ojos, quizás dos.
Que me desnudes el alma a sonrisas.
Quiero de ti todo.

Quiero que la amargura que habita en ti se mezcle con mi dulzura. 
Dulzura apasionada con deseos de ser suya. 
Quiero una mañana, quiero una tarde, quiero una vida, una vida combinada de pasiones.

Es un dúo de almas. 
Revolotean a mí alrededor.
Dulces ninfas pintadas de azul
Inspirándome pasiones prohibidas.
Desatándome la locura
Invitándome a ver el mundo con sus ojos

Pasiones que llevan a la deriva, tentaciones destructivas.
De las que jamás olvidas.
Mientras estás queriendo que sea tuya.

Entre tragos y cervezas
Lunas y deslices 
Yacían nuestras almas en aquella noche
Preguntados que podríamos hacer
Si solo quisiéramos..

Si solo quisiéramos calmar estas ganas, si solo me dejaras llegar a ti, a tu más oscuro deseo, a ese tan bello anhelo. 

Si solo pudiéramos olvidar lo que somos, los errores, las demás pasiones y dejar que nuestras almas jueguen.

Que hambre tenemos, que hambre tienen nuestras almas, que hambre! 
Ven, ven que te espero con más ganas que nunca, te deseo más que nada ahora, quiero desnudar tu tierna y perfecta piel. 
Quiero hacernos uno. 
Quiero ser más de lo que soy ahora, amor.

Así como el sol y la luna en la línea del mar se unen, quiero que en cada puesta del sol nuestras almas se junten. 
Poséeme, te lo exijo.
Quiero ser tuya y mía. 
Serlo todo contigo.

Ser tu amante, la que te da todo. 
Ser tu mujer, la que te cuida, 
incluso con enojos.

Madre comprensiva, quien te pinta las nubes grises.
Mujer, quien fluye contigo.
Yo, quien te recorre los deseos sexuales. La oración sin terminar, el cambas vacío.

Ser la causa de tu humedad,
convertirme en tu humedad. 
Quiero estar en ti. 
¡Quiero que estés dentro!

Dulce amor que me provoca orgasmos, te quiero como las hojas al sol. Indispensable, desmedidamente.
Me has hecho una adicta, no vivo sin tu sonrisa y sin tus manos no soy.

No soy nada sin esos besos. 
No doy nada sin el tacto de tus dedos sobre mi pecho.

¡Ay, que tortura!

viernes, 2 de octubre de 2015

Madre II


Mi alma fue pintada de montañas
Con aroma a lluvia en la noche
El viento errante es brújula
Que me dibuja el camino.
Auroras danzan junto a mí
Siguiendo el compás de las olas.
A mi madre le juré reverencia
Cada vez que llegara a su tierra.
Nubes grises acojinan mis curvas
Tulipanes bañan mi desgastada piel.
Por mis venas penetran mares
Y mi cabello es matojo de antojos.
Aquí estoy, entregándole mis versos
Al mar, a las montañas, a mi madre.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Mujer


Para muchos son demonios disfrazados
Para otros, el mejor de los augurios.
Para mí, era ella.
La veía correr desnuda entre los matojos del rió
Bañándose en aguas vírgenes y cristalinas.
El verde de las hojas hacia juego con sus ojos
Y en su rostro corría un mar de pecas.
Tarareaba una canción mientras el sol
Le moldeaba su perfecta figura.
Su corta melena le caí con revuelo en la espalda
Aquella mulata lo tenía todo.
Al mirarla, allí sentada entre todo el paisaje
Pude entender que veía el reflejo de la madre.
Madre naturaleza en su forma preferida
En forma de diosa, ninfa;

De mujer.





viernes, 25 de septiembre de 2015

Un pintor y una poeta.

Esta es la inexplicable historia
De un pintor y una poeta
Que aprendían a ser uno
Cada vez que la luna tocaba el mar.
                                        
Ella veía la magia del mundo.
Con su innato talento de crear,
Le enseño que para amar
Debía ver más allá de sus ojos.

Él veía un mundo estructurado.
Con manos de artista,
Le mostró que para cada caricia
Debía existir un orden.

Ella escuchaba risas en las olas
Llantos en el viento, y en las noches
Se sentaba con luz de luna
A escribirle versos morados.

El escuchaba tambores a lo lejos
Murmullo en el silencio, y en las noches
Le pintaba con luz de luna
Los mundos que había visto.

Ella vivía por la tierra y el mar.
Era una ninfa.
Él vivía en aire y ciudad.
Era el protagonista de su vida.
Ella lo amaba.
Amaba su inteligencia y
La fuerza con la se movía.
Ella le pidió que se quedara.

Él la amaba.
Amaba su sonrisa y su libertad,
Su mente descarrilada.
Él le dijo que se quedaría de por vida.

Esta es la inexplicable historia
De un pintor y una poeta
Que aprendían a ser uno
Cada vez que la luna tocaba el mar.



domingo, 20 de septiembre de 2015

La vida.

El viento me pinta de azul
El mar de verde.
La tierra me sabe a sal
Y la vida
A ti.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Jueves.

Sentía su intensa mirada en mi piel, como si pudiera desnudarme desde el otro lado de la habitación. El descansaba en el sofá con unos pantalones negros y el cabello alborotado. Sin cambiar la mirada me hacía gestos con su mano para que caminara por la habitación. Me pedía que me sentara, abriera las piernas, las cerrara, que me volteara. Sin refunfuñar o cuestionarle hacia todo lo que me pedía de forma coqueta; me pavoneaba luciendo el traje negro entallado que misteriosamente me había comprado hace algunas semanas. Sospecho que ya tenía algo de esto planificado. Camine hacia el sofá y antes de poder sentarme. .
-No quiero que te sientes junto a mí, quisiera que te sentaras donde pueda verte sin hacer esfuerzo. Dijo mientras me sonreía.
-¿Dónde específicamente quisieras que me sentara? Le dije provocativamente
Sin contestarme tiro suavemente de mi cabeza besándome despacio el cuello. Sentía como sus manos descendían por mi muslo, aquello era delicioso. Su nariz recorría mi cuello de arriba hacia abajo dejándome sentir su respiración. Comenzaba a excitarme pequeños gemidos se me escapaban, quería que me tomara y me quitara el vestido. Pero en su lugar solo acerco su boca a mi oído y susurro
-Quiero que te sientes en el borde de la cama y esperes mis instrucciones.
Idiotizada por su aroma, la excitación y el deseo camine hasta la cama y me senté en el borde. Él se incorporó en el sofá y me comenzó a darme instrucciones.
-Quiero que suavemente deslices tus manos por todo tu cuerpo. Desde tu cabello hasta los muslos, siente la delicadeza con la cual puedes tocarte. Te daré unos minutos para que crees una escena en tu cabeza en donde yo te toco tan –arquea una ceja divertido, luego suela una risa- bueno, como solo yo se hacerlo.
Cerré los ojos, su voz hizo efecto en mí y tal cual como lo pidió cree el panorama. Quería que me quitara el vestido suave, admirando cada partícula de mi cuerpo. Que besara mis pechos y humedeciera mis pezones con su lengua. Deseaba sentir su miembro completamente duro acariciarlo y escuchar unos leves gemidos. Quería susurrarle que lo quería dentro de mí, quería sentir todo el placer que podía ofrecerme.
Algo interrumpió mi pensamiento sentía que alguien estaba detrás de mí, abrí mis ojos intentando ver algo pero solo pude sentir como sus brazos comenzaban a tocarme los senos.
-No tienes idea de lo delicioso que ha sido verte en ese estado, gimiendo sin darte cuenta, imaginándote escenas donde puedo tocarte y hacerte millones de cosas, provocarte orgasmos.
-Tómame, dejemos de hablar.
Se quitó sus pantalones quedando completamente desnudo, yo me aleje unos pasos atrás para mirarlo. Él sonreía sabía que lo que estaba viendo me gustaba, se aproximó y bajo mi cremallera. Dejo mis senos al descubierto y comenzó a trazar círculos en ellos. Mientras lo hacía yo me desprendía por fin del traje, aquello se sentía delicioso pero quería más que sus manos. Lo quería dentro de mí. Me subió a sus caderas y sin cuidado nos abalanzamos en la cama formando una danza entre dos cuerpos, entre dos almas. Era un compás de caderas que aumentaba su ritmo, la habitación se llenaba de gemidos y respiraciones intensas. Todo parecía ir desapareciendo, sentía como mis músculos se relajaban y el ruido del exterior parecía desaparecer.
Había sido suya una vez más, siempre era una delicia ser suya. Abrí mis ojos lentamente aun aturdida, él estaba tumbado en su almohada y yo intente torpemente acomodarme. Quise mirarlo durante unos segundos parecía un ángel, mi ángel. Me invadieron las ganas de abrazarlo fuerte y decirle que lo amaba más de lo que una persona podría amar a alguien pero parecía dormir así que me limite solo a admirarlo. Me quede observándolo durante algunos minutos cuando su voz casi me mata del susto.
-¿Cómo te has sentido hace más o menos media hora atrás?
-Me he sentido bien, lo he disfrutado como siempre ¿acaso tu no? ¿Sucede algo malo?
Silencio. No sabía que ocurría hace un rato todo parecía estar bien me sentía deseada y amada por el pero ahora…su voz me interrumpe el pensamiento
-No hablo de eso, ¿Cómo te has sentido tu misma al hacer estas cosas?
Pongo los ojos en blanco doy un largo suspiro ¿Por qué esto? ¿Por qué ahora?
-Me he sentido deseada, amada, sensual. Quizás como una diosa adorada por humanos.
 -Entonces si te has sentido como una diosa en ese momento ¿Por qué no puedes sentirte como una diosa el resto de las horas, del día o del año?
-¿Por qué me preguntas estas cosas?
-Porque se me dificulta entender como alguien tan hermosa, inteligente y sensual no puede ver siquiera una pisca de como yo te veo. Quisiera que te amas al menos un tercio de lo que yo te amo.
Aquello que me pedía era difícil. Sabía que jamás había logrado amarme como se supone que se ame a uno mismo, pero ¿Por qué cuestionarlo ahora?
-¿Por qué me dices eso ahora, luego de…?
-Porque has estado maravillosa, como siempre. Siempre estas maravillosa pero solo pareces notarlo cuando yo estoy involucrado. Si te elogio o reconozco que haces las cosas bien, si digo que estas hermosa lo crees. Pero si me mantengo fuera del panorama tu mundo parece volverse gris.
Intentaba calmarme, no quería echarme a llorar para que me consolara. Sabía que tenía razón, sabía que si el reconocía cualquier cosa en mi vida todo estaba bien. No supe que contestarle solo pude voltearme al lado contrario y arroparme para que mis sollozos no los escuchara. Pasaron varios minutos, diez veinte quizás media hora. Extiende su brazo por mi cuerpo y pega mi cuerpo al suyo. Esta caliente, siempre está caliente.
-Te ves hermosa hasta llorando.
-Si ni siquiera me has visto, ¿Cómo sabes que me veo hermosa?
Se acerca a mi rostro y lo besa dejando ahí su cabeza.
-No necesito verte para saber que te ves hermosa, siempre lo haces.
Comenzó a acariciar mis mejillas, yo aún le daba la espalda; no sabía si en cualquier momento me podía poner a llorar. Limpie mis lagrimas, intente reprimir las ganas que quedaban y le dije
-Quizás pienses que tiene algo de malo permitir que mi mundo se vuelva gris cuando estas fuera del panorama, pero, se te olvida que tengo la habilidad de crear cosas incluso de donde nos las hay. Puedo tomar mi mundo y volver de color aunque no estés pero eso no significa que me guste vivir en un mundo colorido donde no estés tú. Puedo amarme, quizás más de lo que antes podía hacer y todo es gracias a ti. ¿Cómo voy a sacarte del panorama? Me has ensenado a ser y a deshacer, te debo mucho más que ponerte en un panorama.
Él estaba junto a mi podía escucharlo pensar y analizar todo lo que le dije. Me he vuelto hacia él y al verlo nuevamente las ganas de llorar me invadieron. Me abrazo cubriéndome con sus brazos, como si estuviera aliviado de las palabras que habían salido de mi boca.
-No te vayas nunca, por favor.
-Jamás me iré si tú prometes no hacerlo. Dije con la poca voz que tenía.
-Me quedaré contigo a amarte lo que me reste de vida

-Me quedaré para que me enseñes a reír con tus ojos, yo en cambio prometo enseñarte a respirar con mi alma.